Cantidad vs calidad en empleo
Cantidad vs calidad en empleo
Autor: Alberto Arce Londoñohttp://www.cronicadelquindio.com/noticia-noticia_opinion-seccion-opinion-titulo-cantidad_vs_calidad_en_empleo-op-5133.htm
Ante todo gracias a quienes expresaron sus opiniones respecto a la columna del domingo pasado sobre el carrusel de las pensiones, tema sobre el cual será necesario seguir insistiendo, al tratarse de un asunto de interés permanente para quienes están próximos o aspiran algún día a acceder a esta anhelada prestación que les asegure una vejez digna y acorde con un trabajo honesto, abnegado y desgastante durante toda una vida, contrario a la aberrante e indignante posición de los magistrados y demás altos funcionarios estatales inescrupulosos aludidos en el mencionado escrito.
Hoy haré referencia a un tema estrechamente ligado al anterior, como es el de la calidad de empleo e indicadores del mercado de trabajo, a propósito de un interesante seminario realizado en Manizales el pasado jueves, promovido por el Observatorio del mercado de trabajo de Manizales y que contó con Stefano Farné, director del OMT y la seguridad social de la Universidad Externado de Colombia, quien habló sobre la calidad del empleo y con César Vallejo Mejía, codirector del Banco de la República con el tema de los indicadores regionales para el desarrollo económico del Eje Cafetero.
Es de destacar entre los planteamientos de Farné, los hechos registrados durante los dos períodos del gobierno Uribe, que han trascendido desde luego hacia los años siguientes, como son: El incremento del trabajo llamado “cuentapropismo”, el incremento de muchas pseudo cooperativas de trabajo asociado y las tensas relaciones del gobierno con el sector sindical. Se reconoce un incremento en la cantidad de empleos generados, pero en contraste con una tendencia a sacrificar la calidad del mismo.
Por ejemplo, la seguridad laboral, uno de los indicadores que la determinan, se debilitó como resultado de las formas flexibles y atípicas de contratación (temporales, prestación de servicios sin pago de prestaciones sociales, salud, pensiones y riesgos profesionales por cuenta del contratista, CTA, etc). Hay menos satisfacción con los ingresos devengados, frente a un trabajo más intenso y voluminoso. De otra parte, la protección contra el desempleo es simbólica pues tan solo cubre un 0,5% de la población ocupada.
En el campo de la conciliación entre la vida familiar y laboral, otro de los indicadores, no hay progresos y el diálogo social, se encuentra seriamente comprometido. La afiliación al sindicalismo se ha reducido sustancialmente y la densidad sindical asalariada tan solo se encuentra en el 3,9%, entre los más bajos de América latina. Hoy la mujer ha incursionado con mayor fuerza dentro del mercado laboral y paradójicamente ha disminuido su participación en las cifras de seguridad social.
Por su parte César Vallejo, destaca el fenómeno de una tasa de desempleo, por debajo de la nairus (tasa natural de desempleo) considerada una tasa de equilibrio, lo que genera de por sí un incremento en los costos de la mano de obra. Y en el eje cafetero, se registra el caso de muchas empresas que no consiguen fácilmente dentro del mercado laboral las personas que requieren para cubrir muchas de sus vacantes, al no encontrar los perfiles apropiados.
De allí la necesidad de que se brinden mejores oportunidades a los bachilleres de escasos recursos económicos para acceder a la educación superior y ante todo que las instituciones ajusten la pertinencia de sus programas académicos, a los requerimientos reales del sector productivo.
Este punto le estamos ratificando quienes participamos en el programa de Enganche Laboral Trabajemos Unidos que adelanta la Unad, en esta región, con el patrocinio del gobierno nacional. Esta instancia, según lo dice Vallejo, debe buscar las soluciones a los problemas del desempleo, en los casos puntuales donde se registran, antes buscarlas en leyes, que poca solución aportan.
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