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Las medidas fiscales que quieren oír los ahorradores en el debate
Pensiones, ahorro y vivienda serán los tres frentes clave sobre los que podrían darse más detalles. ¿En qué se centrarán los candidatos?07/11/2011 - 08:00 Noticias relacionadas
Mariano Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba celebran hoy el quinto debate electoral de la democracia. Pero con el líder del PP totalmente lanzado hacia la presidencia y la mayoría absoluta, según los datos que el viernes publicó el CIS, tampoco se pueden esperar grandes cañonazos en una guerra que parece ya muy decidida. Eso sí, en lo que toca a los pequeños ahorradores –fiscalidad del ahorro, vivienda o pensiones- no habrá grandes titulares pero si podrían dar alguna que otra sorpresa, lo que ya es mucho teniendo en cuenta que en los programas apenas se mojan.
Tal y como están avanzando todas las encuestas, la batalla electoral se presenta muy desequilibrada. Quizás por eso, ni el PP ha presentado un programa plagado de propuestas concretas en lo tocante al bolsillo, ni el PSOE se ha metido a fondo con una guerra que ya puedan estar viendo harto complicada. Además, el gran ‘bazoka’ que tienen ambos partidos –la partida del gasto y los impuestos- tiene la misma potencia de fuego que una escopeta de feria, porque las arcas públicas no se prestan a muchas florituras.
“Ambos tienen un margen de maniobra muy escaso”, recuerda Luis Del Amo, secretario técnico del Registro de Economistas Asesores Fiscales (REAF) y si hay reformas será en otros impuestos como el de Sociedades, que admite algo más que simples retoques. A su modo de ver, las rebajas de tipos tienen que ser muy tímidas, en caso de que finalmente las haya, lo que este experto tampoco tiene claro. En todo caso, la contienda se librará principalmente en tres campos de batalla: vivienda, ahorro y pensiones.
Vivienda
En materia de Vivienda, el Partido Popular especifica en su programa una “nueva deducción en el IRPF por el incremento anual del ahorro que incluya la adquisición de vivienda habitual”. El PSOE, por su parte, contempla actualizar “la vigente deducción por compra de vivienda para familias de rentas de 24.000 a 30.000 euros”, que viene a ser una extensión en el tramo ahora mismo existente cuyo límite son los 24.000 euros. Por tanto, si triunfa el PP habrá otra vez deducción en vivienda, pero ¿Qué implicaciones tiene para el bolsillo?
Tal y como explica José María Mollinedo, secretario general del cuerpo de Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha), ha habido en los últimos años un gran debate sobre la conveniencia o no de suprimir la deducción por compra de vivienda. El problema es que la mayoría de los expertos considera que la deducción provoca “aumentos de precios a nivel global”. Por tanto, la casa le puede costar más cara.
Para ilustrar esta idea, Mollinedo explica que si los compradores saben de antemano que tendrán más dinero gracias a la deducción, entonces “podrían aspirar a hacerse con una casa mejor y más cara. Esas decisiones individuales, si se multiplican por cada inversor a escala global” van a hacer que todos los individuos quisieran compra un poco más de lo que realmente podrían, por lo que aumentará la demanda y presionará al alza sobre los precios. Este experto admite que ahora mismo, con el escenario bajista que vivimos, quizás este efecto “no se produzca de manera inmediata” pero puede terminar por llegar.
Como es obvio, recuperar la deducción por vivienda tiene una parte positiva, recuerda Del Amo, por cuanto puede acelerar las decisiones de compra y estimular más el mercado. Eso sí, los compradores pueden llegar a hastiarse y, como advierte el experto de REAF, con tantos cambios fiscales podría suceder que la gente “no se lo crea” porque hubo quien compró caro a finales del año pasado pensando que iba a desaparecer la deducción y ahora se encuentra con que está de vuelta.
Ahorro
Los expertos consultados coinciden al apuntar que los programas electorales de ambos partidos sobre la tributación del ahorro “son muy vagos” y si bien pretenden rebajar la carga fiscal no especifican cómo hacerlo. Lo que se sabe es que el PP contempla una deducción por el “incremento anual del ahorro” lo que se concreta, según explica Mollinedo, en una reducción de la tributación en los tramos más bajos. El problema, sostiene este experto, es que “no concreta qué entiende por ahorro a largo plazo”. Por otro lado, el PSOE, reflexiona el economista de Gestha, pretende acercar la tributación del capital a la del ahorro, pero tampoco especifica cómo hacerlo.
Ninguna de las dos propuestas soluciona lo que este experto denomina como “paradoja base del ahorro” y que consiste en que los primeros 6.000 euros tributan a un tipo fijo del 19% y el resto al 21%. Por ejemplo, un consejero de un banco que reciba 600.000 euros y sean considerados como ingreso del capital (dividendos) tributaría a un tipo medio efectivo similar al de cualquier trabajador que ganase diez veces menos.
Lo único positivo que tendrían las propuestas barajadas, apunta Del Amo, es la neutralidad, porque daría lo mismo ahorrar en bonos, depósitos o vivienda; eso sí, teniendo en cuenta que no queda claro qué se entiende por ahorro a largo plazo. Por el contrario, Del Amo observa que las propuestas para gravar el ahorro soportan en el aspecto negativo un coste recaudatorio.
Pensiones
En materia de pensiones tampoco hay mucha visibilidad. Así, lo más tangible son las propuestas del PP, que pasan por recuperar la deducción del 40% para los rescates de planes en forma de capital. En caso de concretarse, Del Amo sí que ve aquí un beneficio claro porque ahora mismo, el rescate de plan todo de una vez y en forma de capital es más gravoso para los ahorradores. La razón es que el año en que se reciben todos los fondos la tributación “es al tipo marginal más alto”, como explica Del Amo.
El problema que se plantea lo pone la mesa Mollinedo cuando apunta una cuestión espinosa: ¿Quiénes son los que realmente se benefician de esta deducción? A su modo de ver, las rentas más altas, aquellas que están por encima de los 60.000 euros, son las que a la hora de la verdad contratan un plan de pensiones. Esto es así porque tienen más capacidad económica para destinar una parte de sus fondos a un producto que de por sí necesita una alta propensión al ahorro del inversor, y que además ha dado escasas rentabilidades en los últimos años. Pero en general, esta deducción “es una medida que no beneficia a la mayoría de las personas”, sostiene el experto de Gestha.
Las medidas fiscales que quieren oír los ahorradores en el debate
Pensiones, ahorro y vivienda serán los tres frentes clave sobre los que podrían darse más detalles. ¿En qué se centrarán los candidatos?
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Mariano Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba celebran hoy el quinto debate electoral de la democracia. Pero con el líder del PP totalmente lanzado hacia la presidencia y la mayoría absoluta, según los datos que el viernes publicó el CIS, tampoco se pueden esperar grandes cañonazos en una guerra que parece ya muy decidida. Eso sí, en lo que toca a los pequeños ahorradores –fiscalidad del ahorro, vivienda o pensiones- no habrá grandes titulares pero si podrían dar alguna que otra sorpresa, lo que ya es mucho teniendo en cuenta que en los programas apenas se mojan.
Tal y como están avanzando todas las encuestas, la batalla electoral se presenta muy desequilibrada. Quizás por eso, ni el PP ha presentado un programa plagado de propuestas concretas en lo tocante al bolsillo, ni el PSOE se ha metido a fondo con una guerra que ya puedan estar viendo harto complicada. Además, el gran ‘bazoka’ que tienen ambos partidos –la partida del gasto y los impuestos- tiene la misma potencia de fuego que una escopeta de feria, porque las arcas públicas no se prestan a muchas florituras.
“Ambos tienen un margen de maniobra muy escaso”, recuerda Luis Del Amo, secretario técnico del Registro de Economistas Asesores Fiscales (REAF) y si hay reformas será en otros impuestos como el de Sociedades, que admite algo más que simples retoques. A su modo de ver, las rebajas de tipos tienen que ser muy tímidas, en caso de que finalmente las haya, lo que este experto tampoco tiene claro. En todo caso, la contienda se librará principalmente en tres campos de batalla: vivienda, ahorro y pensiones.
Vivienda
En materia de Vivienda, el Partido Popular especifica en su programa una “nueva deducción en el IRPF por el incremento anual del ahorro que incluya la adquisición de vivienda habitual”. El PSOE, por su parte, contempla actualizar “la vigente deducción por compra de vivienda para familias de rentas de 24.000 a 30.000 euros”, que viene a ser una extensión en el tramo ahora mismo existente cuyo límite son los 24.000 euros. Por tanto, si triunfa el PP habrá otra vez deducción en vivienda, pero ¿Qué implicaciones tiene para el bolsillo?
Tal y como explica José María Mollinedo, secretario general del cuerpo de Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha), ha habido en los últimos años un gran debate sobre la conveniencia o no de suprimir la deducción por compra de vivienda. El problema es que la mayoría de los expertos considera que la deducción provoca “aumentos de precios a nivel global”. Por tanto, la casa le puede costar más cara.
Para ilustrar esta idea, Mollinedo explica que si los compradores saben de antemano que tendrán más dinero gracias a la deducción, entonces “podrían aspirar a hacerse con una casa mejor y más cara. Esas decisiones individuales, si se multiplican por cada inversor a escala global” van a hacer que todos los individuos quisieran compra un poco más de lo que realmente podrían, por lo que aumentará la demanda y presionará al alza sobre los precios. Este experto admite que ahora mismo, con el escenario bajista que vivimos, quizás este efecto “no se produzca de manera inmediata” pero puede terminar por llegar.
Como es obvio, recuperar la deducción por vivienda tiene una parte positiva, recuerda Del Amo, por cuanto puede acelerar las decisiones de compra y estimular más el mercado. Eso sí, los compradores pueden llegar a hastiarse y, como advierte el experto de REAF, con tantos cambios fiscales podría suceder que la gente “no se lo crea” porque hubo quien compró caro a finales del año pasado pensando que iba a desaparecer la deducción y ahora se encuentra con que está de vuelta.
Ahorro
Los expertos consultados coinciden al apuntar que los programas electorales de ambos partidos sobre la tributación del ahorro “son muy vagos” y si bien pretenden rebajar la carga fiscal no especifican cómo hacerlo. Lo que se sabe es que el PP contempla una deducción por el “incremento anual del ahorro” lo que se concreta, según explica Mollinedo, en una reducción de la tributación en los tramos más bajos. El problema, sostiene este experto, es que “no concreta qué entiende por ahorro a largo plazo”. Por otro lado, el PSOE, reflexiona el economista de Gestha, pretende acercar la tributación del capital a la del ahorro, pero tampoco especifica cómo hacerlo.
Ninguna de las dos propuestas soluciona lo que este experto denomina como “paradoja base del ahorro” y que consiste en que los primeros 6.000 euros tributan a un tipo fijo del 19% y el resto al 21%. Por ejemplo, un consejero de un banco que reciba 600.000 euros y sean considerados como ingreso del capital (dividendos) tributaría a un tipo medio efectivo similar al de cualquier trabajador que ganase diez veces menos.
Lo único positivo que tendrían las propuestas barajadas, apunta Del Amo, es la neutralidad, porque daría lo mismo ahorrar en bonos, depósitos o vivienda; eso sí, teniendo en cuenta que no queda claro qué se entiende por ahorro a largo plazo. Por el contrario, Del Amo observa que las propuestas para gravar el ahorro soportan en el aspecto negativo un coste recaudatorio.
Pensiones
En materia de pensiones tampoco hay mucha visibilidad. Así, lo más tangible son las propuestas del PP, que pasan por recuperar la deducción del 40% para los rescates de planes en forma de capital. En caso de concretarse, Del Amo sí que ve aquí un beneficio claro porque ahora mismo, el rescate de plan todo de una vez y en forma de capital es más gravoso para los ahorradores. La razón es que el año en que se reciben todos los fondos la tributación “es al tipo marginal más alto”, como explica Del Amo.
El problema que se plantea lo pone la mesa Mollinedo cuando apunta una cuestión espinosa: ¿Quiénes son los que realmente se benefician de esta deducción? A su modo de ver, las rentas más altas, aquellas que están por encima de los 60.000 euros, son las que a la hora de la verdad contratan un plan de pensiones. Esto es así porque tienen más capacidad económica para destinar una parte de sus fondos a un producto que de por sí necesita una alta propensión al ahorro del inversor, y que además ha dado escasas rentabilidades en los últimos años. Pero en general, esta deducción “es una medida que no beneficia a la mayoría de las personas”, sostiene el experto de Gestha.
“Ambos tienen un margen de maniobra muy escaso”, recuerda Luis Del Amo, secretario técnico del Registro de Economistas Asesores Fiscales (REAF) y si hay reformas será en otros impuestos como el de Sociedades, que admite algo más que simples retoques. A su modo de ver, las rebajas de tipos tienen que ser muy tímidas, en caso de que finalmente las haya, lo que este experto tampoco tiene claro. En todo caso, la contienda se librará principalmente en tres campos de batalla: vivienda, ahorro y pensiones.
Vivienda
En materia de Vivienda, el Partido Popular especifica en su programa una “nueva deducción en el IRPF por el incremento anual del ahorro que incluya la adquisición de vivienda habitual”. El PSOE, por su parte, contempla actualizar “la vigente deducción por compra de vivienda para familias de rentas de 24.000 a 30.000 euros”, que viene a ser una extensión en el tramo ahora mismo existente cuyo límite son los 24.000 euros. Por tanto, si triunfa el PP habrá otra vez deducción en vivienda, pero ¿Qué implicaciones tiene para el bolsillo?
Tal y como explica José María Mollinedo, secretario general del cuerpo de Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha), ha habido en los últimos años un gran debate sobre la conveniencia o no de suprimir la deducción por compra de vivienda. El problema es que la mayoría de los expertos considera que la deducción provoca “aumentos de precios a nivel global”. Por tanto, la casa le puede costar más cara.
Para ilustrar esta idea, Mollinedo explica que si los compradores saben de antemano que tendrán más dinero gracias a la deducción, entonces “podrían aspirar a hacerse con una casa mejor y más cara. Esas decisiones individuales, si se multiplican por cada inversor a escala global” van a hacer que todos los individuos quisieran compra un poco más de lo que realmente podrían, por lo que aumentará la demanda y presionará al alza sobre los precios. Este experto admite que ahora mismo, con el escenario bajista que vivimos, quizás este efecto “no se produzca de manera inmediata” pero puede terminar por llegar.
Como es obvio, recuperar la deducción por vivienda tiene una parte positiva, recuerda Del Amo, por cuanto puede acelerar las decisiones de compra y estimular más el mercado. Eso sí, los compradores pueden llegar a hastiarse y, como advierte el experto de REAF, con tantos cambios fiscales podría suceder que la gente “no se lo crea” porque hubo quien compró caro a finales del año pasado pensando que iba a desaparecer la deducción y ahora se encuentra con que está de vuelta.
Ahorro
Los expertos consultados coinciden al apuntar que los programas electorales de ambos partidos sobre la tributación del ahorro “son muy vagos” y si bien pretenden rebajar la carga fiscal no especifican cómo hacerlo. Lo que se sabe es que el PP contempla una deducción por el “incremento anual del ahorro” lo que se concreta, según explica Mollinedo, en una reducción de la tributación en los tramos más bajos. El problema, sostiene este experto, es que “no concreta qué entiende por ahorro a largo plazo”. Por otro lado, el PSOE, reflexiona el economista de Gestha, pretende acercar la tributación del capital a la del ahorro, pero tampoco especifica cómo hacerlo.
Ninguna de las dos propuestas soluciona lo que este experto denomina como “paradoja base del ahorro” y que consiste en que los primeros 6.000 euros tributan a un tipo fijo del 19% y el resto al 21%. Por ejemplo, un consejero de un banco que reciba 600.000 euros y sean considerados como ingreso del capital (dividendos) tributaría a un tipo medio efectivo similar al de cualquier trabajador que ganase diez veces menos.
Lo único positivo que tendrían las propuestas barajadas, apunta Del Amo, es la neutralidad, porque daría lo mismo ahorrar en bonos, depósitos o vivienda; eso sí, teniendo en cuenta que no queda claro qué se entiende por ahorro a largo plazo. Por el contrario, Del Amo observa que las propuestas para gravar el ahorro soportan en el aspecto negativo un coste recaudatorio.
Pensiones
En materia de pensiones tampoco hay mucha visibilidad. Así, lo más tangible son las propuestas del PP, que pasan por recuperar la deducción del 40% para los rescates de planes en forma de capital. En caso de concretarse, Del Amo sí que ve aquí un beneficio claro porque ahora mismo, el rescate de plan todo de una vez y en forma de capital es más gravoso para los ahorradores. La razón es que el año en que se reciben todos los fondos la tributación “es al tipo marginal más alto”, como explica Del Amo.
El problema que se plantea lo pone la mesa Mollinedo cuando apunta una cuestión espinosa: ¿Quiénes son los que realmente se benefician de esta deducción? A su modo de ver, las rentas más altas, aquellas que están por encima de los 60.000 euros, son las que a la hora de la verdad contratan un plan de pensiones. Esto es así porque tienen más capacidad económica para destinar una parte de sus fondos a un producto que de por sí necesita una alta propensión al ahorro del inversor, y que además ha dado escasas rentabilidades en los últimos años. Pero en general, esta deducción “es una medida que no beneficia a la mayoría de las personas”, sostiene el experto de Gestha.
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