La seguridad social, los Objetivos de Desarrollo del Milenio y los derechos humanos

La seguridad social, los Objetivos de Desarrollo del Milenio y los derechos humanos
AISS, 17.02.2012 | Artículo de fondo
La protección social se ha convertido en una pieza fundamental del desarrollo, porque es un elemento indispensable que aporta a las personas suficiente capacidad de acción para que participen en todas las dimensiones de la sociedad: social, política, económica y cultural. Además, se está considerando cada vez más como una herramienta esencial para que los Estados cumplan sus obligaciones respecto a los derechos humanos.

Se trata de algunas de las ideas básicas que constituyen los fundamentos del Piso de Protección Social (PPS), definido como un conjunto de garantías que garantizan tanto el acceso como la disponibilidad y la provisión de un nivel esencial de calidad en la protección social y los servicios para todos.

La protección social y los derechos humanos en un nuevo contrato social mundial

Con la adopción de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), la comunidad mundial aceptó por primera vez en la historia la responsabilidad de alcanzar objetivos a escala mundial. Los ODM pueden considerarse como la primera “demanda” de los desfavorecidos en pro de una sociedad global y como el componente primario de un contrato social mundial. Se podría considerar al PPS como parte de este nuevo contrato mundial, por cuanto garantiza que todos los trabajadores y ciudadanos puedan participar en la vida económica, social, política y cultural.

La protección social resulta particularmente importante para las personas en situación de vulnerabilidad, ya que tienen un acceso reducido o ningún acceso a servicios y transferencias. La protección social no es sólo una red de seguridad residual, sino también uno de los componentes fundamentales de una sociedad pacífica, en la que puede haber prosperidad económica y social. Asimismo es capaz de contribuir a largo plazo a la obtención de unos resultados sociales más justos y equitativos.

Los factores subyacentes estructurales, sociales y políticos relativos a la pobreza, la vulnerabilidad y la desigualdad han de tratarse en el contexto de una amplia estrategia de desarrollo, en la cual la protección social desempeña un papel importante. La protección social, como las transferencias en efectivo, pueden tener un impacto directo importante en la reducción de la pobreza. Sin embargo, el impacto de dichas transferencias sobre la desigualdad depende en ocasiones de la manera en que se financien estas transferencias, ya sea mediante impuestos progresivos sobre la renta y el patrimonio o a través de impuestos más regresivos sobre productos y servicios.

Por otra parte, al proporcionar una distribución equitativa de las capacidades básicas para todas las personas que participan en la sociedad, la protección social puede crear las condiciones propicias para promover la igualdad y la distribución justa. Por último, puede contribuir a objetivos fundamentales de la sociedad, como el empleo, la salud y el desarrollo sostenible, mediante el diseño y la aplicación adecuados de políticas y programas de protección social.

Un nuevo contrato social mundial

La protección social, el PPS y los ODM pueden contribuir a establecer un nuevo contrato mundial entre países de altos, medios y bajos ingresos, así como entre los gobiernos nacionales y sus ciudadanos. Nuestra economía mundial ha creado muchas prestaciones que se distribuyen con mucha desigualdad tanto entre los países como a nivel nacional. Si bien es necesario reformar una amplia variedad de aspectos de la economía mundial, por ejemplo, mediante la introducción de un impuesto a las operaciones financieras, será preciso apoyar la sostenibilidad política y social de nuestra sociedad global y nuestra economía poniendo mayor énfasis en los derechos humanos. Una perspectiva basada en los derechos humanos garantiza que todos los habitantes de nuestro planeta compartan los beneficios de la globalización.

Los programas de protección social son herramientas idóneas para ayudar a que los Estados cumplan sus obligaciones en virtud de las normas internacionales de derechos humanos respecto de derechos específicos como la salud, la seguridad social, la vivienda, la alimentación y la educación, pero también en relación con la forma en que se cumplen los programas (y otros proyectos) de protección social.

Es posible adoptar el PPS como un elemento fundamental con vistas a un enfoque basado en los derechos humanos para lograr los ODM antes y después de 2015. Posteriormente, corresponderá a cada Estado y a otros actores ser capaces de desarrollar planes de actuación coherentes.

Por Wouter van Ginneken, consultor de la AISS para la extensión de la seguridad social y exfuncionario de la Oficina Internacional del Trabajo. Extractos reproducidos con la amable autorización del autor. Primera publicación: Boletín IDS, volumen 42 número 6, noviembre de 2011.

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