ley de habeas data

Consecuencias de la ley de habeas data

Por: |

Guillermo Santos Calderón

Podría haber demandas de particulares contra edificios cuya infraestructura de seguridad haya sido 'hackeada' y sus datos extraídos.

Su objeto es proteger todos los datos personales, privados y confidenciales de los ciudadanos.

Pronto entrará en vigencia la ley de habeas data -C-748 del 2011-, encontrada constitucional en la mayoría de su texto y la que nos cambiará radicalmente la forma en que hacemos actividades que hasta ahora nunca nos han incomodado.

Para ver los posibles efectos de esta ley, una vez sea firmada por el Presidente y reglamentada, vale la pena analizar qué pasa en países donde ya existe una norma similar. Su objeto es proteger todos los datos personales, privados y confidenciales de los ciudadanos. Esto va a cambiar la forma de ingreso a un edificio o entidad, pública o privada, en la que actualmente es obligatorio dejar la cédula o un documento en el que aparezcan el número, una foto de la cara y, en algunos casos, la huella digital.

En España, al visitante de un edificio se le debe informar de la existencia de un archivo automatizado, el propósito de la toma de los datos, quiénes son los destinatarios de dicha información, el carácter obligatorio de una respuesta del visitante sobre si los quiere dar o no y, en caso de ser negativa, de sus consecuencias. Esto quiere decir que el visitante tiene derecho a ser informado de cómo se procesan los datos que le piden y quién responde por su seguridad y almacenamiento. También se le debe pedir autorización para darlos y, en caso de no quererlo hacer, se le debe informar de las consecuencias. Y no solo se trata de los datos que todos suministramos al entrar a un edificio, sino también de las grabaciones hechas en él por las cámaras de seguridad en las que podamos aparecer. Si se da la información, esta no podrá ser usada para otros fines, ni transferida a terceros, y deberá ser destruida periódicamente.

La seguridad de los edificios en Colombia va a tener que replantear la forma en que controla la entrada y salida de los visitantes. Seguramente habrá gente que se niegue a suministrar la información requerida. De hacerlo, podría solicitar un documento en que autoriza, pero en el que también se debe dejar muy clara la responsabilidad de la seguridad de los datos. Podría haber demandas de particulares contra edificios cuya infraestructura de seguridad haya sido 'hackeada' y sus datos extraídos.

¿Estaremos preparados para esto? No lo creo así. El vigilante de un edificio al que le tuve que dar mis datos -cédula, foto y huella-, cuando le pregunté dónde quedaban almacenados, me respondió que en el computador que estaba al frente, totalmente inseguro, y cuando le pregunté que quién respondía por mi información me contestó: "¿Hmmm?".

guillermo.santos@enter.co


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